La hipocresía dejó de ser una bella convención social y se convirtió en la excusa de la ignorancia: no comparto el escándalo por el affaire Cambridge Analytica, pues si tenían la data tuya es porque tú se las regalaste, porque tú preferiste creer en fake news más que en los libros, los docentes, los filósofos, los políticos; porque vives más tiempo compartiendo fotos de vacaciones y haciendo encuestas pendejas que leyendo, viendo cine, oyendo música, haciendo el amor. ¿decidiste hacer una vida virtual y ahora te quejas porque unos tipos aprovechan tu ingenuidad (por decir lo menos) y te convencen de votar por X, porque te hacen escoger a un presidente con el mismo criterio que escoges el shampoo o la cerveza? Si hubiesen leído a Maquiavelo, Mario Puzo o a Octavio Paz no estarían ahora tan falsamente escandalizados. Miren que vendehumo han existido desde que una tal serpiente, que seguro estudió en Cambridge, le vendió una manzanita a unos muchachos que corrían desnudos en el Paraíso...
Muchachos de la Nasa
Una aproximación cultural política a las formas de la conciencia del ser aragüeño, morador de un país llamado Venezuela. Desde el espacio
martes, 20 de marzo de 2018
martes, 31 de octubre de 2017
MUERTE AL QUE NO SEPA LEER NI ESCRIBIR…
En una de las clases del diplomado de historia, el
Dr Carrera damas, en suave inquisición, preguntaba a los allí reunidos: ¿somos
una república o una monarquía? Pocos se atrevieron a responder, sólo un par de
asistentes respondieron sin dudar: república, desde 1811. Carrera insistió,
¿están seguros de que realmente somos una república?
Esto dio pie a un debate acerca de las formas de
gobierno que hemos tenido en Venezuela desde la independencia, sobre el peso
terrible del caudillismo y el militarismo, acerca del comportamiento de los
venezolanos ante el poder.
Traigo esta anécdota a colación por una conversación
en nuestro lunes lunático de ayer en la sala de teatro Carmen Palma del grupo La
Misere; allí conversamos, entre música exquisita (Génesis, Wembley 1986, las
sesiones del Blues de la BBC y el concierto de la gira de YES del disco 90125
en Canadá) y un ron de los baratos, acerca de las similitudes entre la tiranía
que nos oprime, los abstemios abstencionistas y un par de joyas de la
literatura: la fábula de Esopo “Las ranas que pidieron un rey” y la pieza
teatral de Ionesco “El rey se muere”.
Y para no echármela, como dice mi tía Gloria, de
profesorcito de castellano, les dejo, la fábula, y el principio del 1er acto de
la pieza de Ionesco. Al que tenga ojos, que lea:
Las ranas pidiendo un
rey.
Floreciendo Atenas por
la igualdad de sus leyes, la libertad descarada turbó la ciudad, y la disolución
rompió el antiguo freno. Con esta ocasión, puestas en bandos las parcialidades,
el tirano Pisistrato se apoderó del alcázar. Y como los atenienses llorasen su
triste servidumbre; no porque el tirano fuese cruel, sino porque toda carga es
pesada para los que no están hechos á ella, y hubiesen comenzado á quejarse,
Esopo les contó al caso este cuentecillo.
Las ranas, que antes
vagueaban libremente por las lagunas, pidieron á grandes voces a Júpiter un
rey, que con rigor refrenase sus licenciosas costumbres. Sonrióse el padre de
los dioses, y las dio una vigueta pequeña, la cual arrojada de improviso, con
el movimiento y ruido que causó en el agua, aterró á la tímida grey. Como esta
vigueta se mantuviese por largo rato clavada en el cieno, por fortuna una de
ellas sacó poco á poco la cabeza del estanque, y después de haber observado
bien al nuevo rey, las llama a todas. Ellas, perdido el miedo; se acercan
nadando á porfía, y la chusma desvergonzada brincaba sobre el leño; y después
de haberle ensuciado con todo género de inmundicias, enviaron a pedir á Júpiter
otro rey, porque era inhábil el que las había dado. Entonces las envió un culebrón,
que con áspero diente comenzó á morderlas. En vano las desdichadas hacen por
huir de la muerte: el miedo las embarga la voz. De secreto, pues, encargan á
Mercurio, que pida á Júpiter, socorra á las afligidas. Eso no, las dice el
dios: pues no quisisteis contentaros con vuestro bien, sufrid el mal que os ha
venido: y vosotros también, ciudadanos, concluyó Esopo, llevad en paciencia
este trabajo, no sea que os suceda otro tanto mayor.
El Rey está muerto
1º ACTO
Julieta: Su Majestad, el Rey Berenguer Primero.
¡Viva el Rey! Su Majestad, la Reina Margarita, primera esposa del Rey. ¡Viva la
Reina! Su Majestad, la Reina María, segunda esposa del Rey, primera en su
corazón. ¡Viva la Reina! Su Altanería, el señor médico del Rey, cirujano,
bacteriólogo, verdugo y astrólogo en la Corte. Sin embargo, a esta hora debe
hacer calor. Calefacción, enciéndete. Nada, no marcha. Calefacción, enciéndete.
El radiador sigue estando frío. ¡No me ha dicho que me retiraba la delegación
de la lumbre! Oficialmente, al menos. Con ellos, nunca sabe uno a qué atenerse.
¡Viva la Reina!
Margarita: ¡Cuánto polvo hay aquí! Y colillas en el
suelo.
Julieta: Vengo del establo, de ordeñar la vaca,
Majestad. Ya casi no da leche. No he tenido tiempo de limpiar el living.
Margarita: Esto no es un living. Es el salón del
trono. ¿Cuántas veces tendré que decírtelo?
Julieta: Está bien, el salón del trono, si Su
Majestad quiere. No he tenido tiempo de limpiar el living.
Margarita: Hace frío.
Julieta: He intentado encender la calefacción,
Majestad. No funciona. Los radiadores no quieren hacer caso. El cielo está
cubierto, las nubes no parece que quieran disiparse fácilmente. El sol trae
retraso. Sin embargo, oí que él le daba la orden de aparecer.
Margarita: ¡Ah, vamos! El sol ya no obedece.
Julieta: Anoche oí un leve crujido. Hay una grieta
en el muro.
Margarita: ¿Ya? Esto marcha deprisa. No lo esperaba
tan pronto.
Julieta: Intenté taparla. Me despertó a medianoche
¡Con lo bien que yo estaba durmiendo! Se ha vuelto a abrir ¿Hay que volver a
taparla?
Margarita: No vale la pena. Es irrevocable. ¿Dónde
está la reina María?
Julieta: Debe estar todavía en su tocador.
Margarita: De seguro.
Julieta: Despertó antes de amanecer. La oí llorar en
su cuarto.
Margarita: Reír o llorar; es todo lo que sabe hacer.
Que venga inmediatamente. Vete a buscarla.
miércoles, 18 de octubre de 2017
Y después del 15-O ¿qué hacemos? Análisis cultural para aprender de la derrota
Sobre su proyecto educativo, usted ya conoce mis ideas.
La tarea esencial es comprender nuestro carácter, mezcla de servidumbre y
prepotencia. Los venezolanos no sólo somos rebeldes a toda ley, deber o
autoridad, sino también esclavos a toda fuerza e instrumento de toda tiranía.
Esta dualidad proviene de inculcar en la conciencia infantil una falsa noción
de acatamiento basada en la represión.
Rómulo Gallegos, en carta dirigida a Rafael Vegas.
Madrid, 20/12/1935
Asumir responsabilidades es uno de los valores más caros
de la democracia. Bien sea en los aciertos, las victorias como en las derrotas,
de un argumento, debate o elección. Es por ello que este documento, puesto a
consideración de toda la oposición, no es ametralladora de repartición de
culpas ni vendetta basada en el periódico del lunes, sino un esfuerzo por
comprender y analizar, con las limitaciones intrínsecas a nuestra visión parcial,
temporal y efímera.
Comencemos, no en criterio de mayor a menor importancia,
pues todos los factores que presentamos son correspondientes y corresponsables,
sino con criterio de elegancia política. Visto así, las cuentas pendientes se
inician en 3-2-1…
1) Nosotros, electores opositores
No comprender que
solamente con un número estruendoso de votos, tal como ocurrió en las
parlamentarias del 6 de diciembre de 2015, habríamos ganado la mayoría de las
gobernaciones, es un error de gravísimas proporciones. Las mismas condiciones,
ventajismo y atropello ocurrieron el 6-D, la misma conducta delincuencial por
parte del narco-régimen, el mismo CNE, la misma oposición, los mismos actores. Sólo
que en esta oportunidad fueron más efectivas las amenazas, el desencanto, la
ruina cultural que nos perpetra desde hace ya más de dos siglos. En Miranda,
para dar un ejemplo, por su similitud con el resto de los 17 estados perdidos, fue
un desastre con 857.446 abstenciones y porcentajes escandalosos: 50% El
Hatillo, 52% Baruta, 57% Chacao y 47% Sucre. En Aragua, en el centro donde fui
testigo (escuela básica Simón Bolívar) y en el que reagruparon otros dos
centros, de reiterada vocación opositora, la fuga fue del 50 %, y si
sectorizamos, fue la clase media la más abstencionista, dejando ver, en nuestra
perspectiva, la efectividad maligna de la campaña a través de redes sociales en
quienes debieron ser los más activos, los más tercos, los más convencidos de
que la única forma de vencer la trampa, y luego el fraude es con participación
masiva. Dato a considerar: En los centros de votación de barrios, zonas
populares o como quiera su imaginario llamarlos, se mantuvo la tendencia
histórica, tanto a favor del oficialismo como de la oposición. En mi mesa, la
número 3: Marco Torres 204 votos, Ismael García 149, nulos con trampa de
sustituciones, 10.
Lectura: si en centros “opositores”, reubicados o no,
hubiésemos tenido los votos del 6-D 2015 ______________ (llene usted el espacio
en blanco)
Lectura: Se ganó en estados fundamentales (Zulia,
Táchira, Mérida). ¿Punto en común? Votación opositora masiva.
2) Ellos, los políticos
Famosa es la frase que dice:
los dioses ciegan a quien quiere perder. Nada más parecido a lo ocurrido este
domingo próximo pasado. La política como relación entre el poder y los
ciudadanos, ha cambiado radicalmente en los últimos años, a una velocidad de
asombro. Varias son las causas de ese aceleramiento, y una de las
fundamentales, la que representó el desbarranco del domingo, es el cambio de
lenguaje de la sociedad en que vivimos, no comprendida por nuestra clase
dirigente, por la mayoría de nuestros políticos de oposición. Excepciones hay,
pero desgraciadamente muy pocas, casi invisibles. Este cambio de lenguaje
tiene, por supuesto, nuevos canales; los más evidentes, las redes sociales: Facebook,
Twitter, Instagram, Whatsapp, Pinterest, Linkedin, Telegram, Snapchat,
Periscope y pare usted de contar. Pero también el de la calle, el del contacto
directo, el de las colas, el del mercado, el de los jóvenes.
Y no se trata acá de, por un lado, desdecir o anular las
formas tradicionales de hacer política, ni de desestimar la necesidad de traer
al presente los valores y estrategias propias de políticos y políticas del
pasado: claridad, oficio y persistencia en ideas, en actitud, en coraje, ni por
otro de negar el uso reiterado y amplio, en la campaña para gobernaciones, de
las mencionadas redes. A lo que apuntamos es a la escasa comprensión, por parte
de nuestra dirigencia, en el alcance de estos masivos medios de comunicación
como plataformas de un nuevo lenguaje, de nuevas formas de organización social
que necesitan, por supuesto, nuevas formas de expresar, de decir la política.
Decir las cosas de siempre bajo los nuevos formatos de la sociedad. En una
palabra: Innovar.
Contando los pollos….
Contar los pollos antes de nacer es uno de los más
crueles y certeros refranes populares, y para nuestra desgracia el error más
grave de la dirigencia opositora. En política las analogías hay que verlas con
cuidado, para precisamente no crear falsas expectativas, ilusiones fantasiosas
y sin sustento. Es imperdonable que el mayor argumento para la victoria el 15-O
de la clase política se sustentara en la repetición del número de votantes de
las elecciones del 6 de diciembre. La política no es aritmética, sino
geométrica: los aciertos no suman, multiplican, los errores no restan, dividen.
Y así nos fue, divididos entre votantes convencidos y abstencionistas, entre
ilusión y desencanto, la marea opositora, los millones de pollos del 2015 se
transformaron en gallos huraños, en gallinas cluecas, en huevos podridos y
abandonados a su suerte, a la de la república, o como la llama Agustín Blanco
Muñoz, ex país.
En dos platos: la campaña opositora, así como la
organización de la maquinaria, fue pésima. No se trata de hacer leña del árbol
que cayó en domingo, sino de gestionar un balance de daños y proponer nuevas
formas de organización, mejores modos de afrontar lo comunicacional. Las redes
sociales no son una “extensión” de otros medios (TV, prensa escrita, Radio),
son los canales de la cultura hoy en día, la manera de comunicarse de millones
de jóvenes y no tan jóvenes. El uso de internet, la exposición mediática de los
menores de 30 años es, en promedio, de 6 horas al día, solamente igualado con
las horas de sueño. Es decir, alguien de 23 años pasa la mitad del día (12
horas) o durmiendo, o en internet.
Por supuesto, esta nueva manera de estar en el mundo, de
vivir en la actualidad, conlleva nuevas formas del lenguaje, y por ende, de
cultura. La campaña opositora perdió así un bastión fortísimo, la juventud, que
por cierto, fue el sector etario más abstencionista el 15 de octubre. Esto fue
menospreciado por los comandos de campaña, al punto que en la oferta electoral
de la mayoría de las candidaturas los aspectos culturales, comunicacionales e
históricos fueron subestimados, y en algunos casos omitidos de la estrategia
opositora. Cómo cuesta hacer entender a nuestra fauna política que lo social no
depende solamente de lo económico, sino principal y mayoritariamente de lo
cultural, que debió ser expresado y promovido a través de lo comunicacional, de
las redes, especialmente Twitter e Instagram. Esta tesis es, según pensamos,
fácilmente comprobable: Ganamos en estados, regiones con profundas convicciones
culturales democráticas, que protestaron, que se rebelaron, en la calle y en el
voto: Mérida, Zulia, Táchira, Nueva Esparta, donde hubo liderazgos jóvenes
unido a estrategias comunicacionales en su mayoría exitosas.
El papel de los jóvenes, tanto los pertenecientes a
partidos como a organizaciones de la sociedad civil, fueron subestimados en
muchos otros estados o regiones, y en el caso de Aragua en particular (en el
que vivo y conozco mejor) la juventud fue usada, en su mayoría, solamente para
participar en los “call centers”, adornar las gráficas de la dirigencia
partidista o para entregar volantes en semáforos y caminatas.
La maquinaria
En conversación franca, desilusionada y ácida entre los
testigos de la oposición, ya después de conocer los resultados, aún en el
centro electoral, y secuestrados por el capitán X y el plan república, que no
nos dejó salir hasta la 1 am del lunes 16 de octubre, dijo uno de nuestros
testigos más jóvenes: “a mí no me vuelven a ver la cara de pendejo. No vuelvo a
participar como testigo, no vuelvo más a ser “parquero” de la oposición, un
cuida carros, un cuida votos”. Este desencanto, más allá de la lógica tristeza
depresiva que da la derrota, sirve para evidenciar una de las fallas
estructurales más perniciosas en la dinámica electoral: los desaciertos en la
conformación de la maquinaria, eje transversal fundamental para el triunfo.
Estos desaciertos son directamente atribuibles a la dirigencia opositora: desde
la confección de los patrones hasta la movilización y la logística, fallaron
estrepitosamente. Y que quede claro que esto no ocurrió por la falta de
recursos o de personal capacitado. La debacle sobrevino directa y
proporcionalmente relacionada con la exclusión de la gente, de los testigos y
coordinadores de centro, en la elaboración de la estrategia y su puesta en
escena.
En este punto en particular hay que reclamar a la dirigencia
su estrechez de visión política y su centralismo exacerbado: todas las
decisiones (la selección de testigos y coordinadores, el manejo de recursos, el
diseño de la estrategia) fue realizado verticalmente. En un cogollo, o cenáculo
para que no se exasperen tanto, se tomaron decisiones erradas, ilógicas y
erróneas, que al ser mandatos, y no discusiones o diálogo, encontraron
obstáculos insalvables: desánimo, incompetencia y desmotivación. ¿Es que no se
han dado cuenta de lo incoherente que es criticar a la dictadura de
centralista, de tirana y mandona, y hacer lo mismo puertas adentro? Es por eso
que muchos no perciben diferencias entre gobierno y oposición, pues en ambos
las acciones son “ordenadas desde arriba” sea arriba el clásico “hay que
esperar lo que dice Caracas” o “hay que consultar al candidato”, vulnerando la
moral opositora, tratando a los simpatizantes y partidarios como borregos,
incompetentes o deshonestos, a los cuales hay que guiar, ordenar y regañar. Qué
distinto hubiese sido si los diferentes partidos y comandos de campaña hubiesen
oído en vez de dictado, que hubiesen dado autonomía a las parroquias en la
conformación de los padrones, para luego establecer la estrategia electoral.
Cómo nos hubiésemos fortalecido moralmente, aun perdiendo, si la toma de
decisiones se hubiese horizontalizado, incluyendo a la gente, a los vecinos, a
los liderazgos locales. Pero como dijimos previamente, los dioses ciegan a
quien quiere perder, pues la lectura de nosotros, los “parqueros” del voto, no
se diferencia en mucho de la lectura del común: todo por unos cargos, por una
secretaría, por un cambur, que ni la cáscara tenemos ahora.
Políticos Paralíticos
La política, y perdonen la perogrullada, es dinámica,
cambiante, heterogénea; en ella confluyen Aristóteles, Cicerón, Ismael García y
María Corina. Lo viejo y lo nuevo, el comunismo y los partidos ecológicos, el
Ying y el Yang. La labor del político es conformar una sabiduría práctica que
le permita establecer una serie de coordenadas que rastreen la huella cultural
y social, que convoquen individuos y comunidades tras una propuesta amplia,
inclusiva y coherente con la sociedad en la que se encuentra. Para ello recurre
el político (y todos podemos serlo) a una serie de realidades instrumentadas
alrededor de viejas disciplinas como la historia, la filosofía o la sociología
y otras nuevas como la tecnología, el marketing digital o la politología. En
una frase: el político debe ser un lector de lo socio-cultural. Tener una
visión de mundo capaz de dar explicación política al paso del tiempo, cultural,
histórico o cronológico.
Buena parte de la debacle política que vivimos se debe,
fundamentalmente, a la miopía cultural de nuestra dirigencia, a buena parte de
ella. Tenemos políticos que no leen, no cultivan sus experiencias de calle con
la necesaria reflexión que da la historia, la literatura o la filosofía. Y no
estamos pidiendo que sean doctores con 3 posgrados, sino que vuelvan a las
raíces que formaron la democracia venezolana. Caldera, Villalba y Prieto Figueroa,
Betancourt, Gonzalo Barrios, Amparo Monroy Power o Gustavo Machado fueron tan
connotados políticos no tanto por su formación académica, sino por su formación
cultural, por ser lectores de todo lo que les caía en las manos; eso les dio
las herramientas necesarias para comprender a Venezuela, para tener una visión
amplia e incluyente, para ser, en definitiva, políticos con P mayúscula.
Lamentablemente hoy no hay muchos así en el oficio político. Esto ha traído
como consecuencia que los actores de hoy se encuentran desamparados ante las
vicisitudes de la dictadura, ante la tiranía y su poder mediático y económico,
haciendo desigual la competencia, pues nuestros políticos de oposición no
pueden ofrecer lo que se necesita, y siguen atados a los viejos esquemas del
populismo: ofrecer todo, cumpliendo poco o nada. Por eso no puede sorprendernos
el asombro y la desmotivación del elector, del abstencionista opositor y del
chavista: ¿para qué voy a elegir a otro que me ofrece lo mismo que el que está?
Lectura: No
podemos competir en lo económico con la dictadura dueña del tesoro nacional, no
podemos salir a regalar tanques de agua u ollas solidarias, no podemos ofrecer
un mercal, una bolsa clap o un operativo médico. Eso nos iguala a quienes
criticamos. Nuestra clase política resurgirá en la medida en que elaboremos
proposiciones novedosas, no a partir de la dádiva o la ofrenda, sino a partir
de la propia gente, dándoles no un producto, sino un espacio de libertad para
que elabore, por sí mismo, una alternativa al populismo y la miseria, que repetimos,
no es sólo económica, sino cultural. Eso hizo la generación del 28, eso hizo
Luis Beltrán Prieto Figueroa al soñar y edificar, junto a la gente, un proyecto
como el INCE. Eso hizo el partido Copei con su versión de la democracia, el
social cristianismo. Eso hizo Jóvito Villalba y URD con el liberalismo.
Es imprescindible, necesario e impostergable que nuestra
dirigencia política reúna a la gente, al pueblo, para entre todos conformar la
proposición política y cultural que acabará con la tiranía y sentará las bases
para la recuperación de la democracia y la derrota del enemigo común, ese que
nos acogota, no ahora, sino hace más de 200 años: caudillismo y militarismo.
3) La tiranía, dictadura o gobierno (como quiera
llamarlo)
Sí, hubo fraude, pero aun así dedicamos poco espacio para “culpar a la dictadura” pues
son evidentes sus responsabilidades, criminales e irreversibles. Sin embargo dejamos 2 ¿reflexiones,
preguntas, inquisiciones?
- La
clase media eligió a Chávez en 1998: en las zonas populares no salieron malos
números; se perdió, pero con un porcentaje estrecho. Si la clase media hubiese
votado en contra… pero no, o se abstuvieron o votaron por un militar. Hoy, la
clase media eligió, nuevamente, abstenerse. ¿Harakiri cultural? Dato: la clase
política proviene, mayoritariamente, de este sector socio-económico.
- Más
allá de la rabieta desgranada en frases como: “sigan votando por ellos”, “sigan
revolcándose en….” ¿cuál es la proposición educativa y cultural para erradicar
la miseria populista, la dependencia, la relación perversa entre voto y bolsas
clap? ¿cuáles son las proposiciones educacionales de los partidos para su
militancia? ¿qué propone culturalmente la sociedad civil? ¿Por qué se parecen
tanto a las de la tiranía? ¿hay proyecto de educación ciudadana? Una clase
media inculta eligió la tiranía, sus hijos lo siguen haciendo al abstenerse o
elegir la salida por Maiquetía.
- Bonus
track: La democracia no es para vencer, sino para convencer, y para eso debemos
convencernos a nosotros mismos.
miércoles, 9 de noviembre de 2016
POR QUÉ GANÓ TRUMP O LA POLÍTICA DEL APRENDIZ EN 5 PASOS
No fue un oráculo que me
dio alguna sibila portentosa y trágica, tampoco la lectura concienzuda o
azarosa de las runas, el tarot o de Henry David Thoreau. No acudieron a mí las
luces más brillantes de la razón, la locura de los dioses o los filmes de
Michael Moore. Sin embargo, mi olfato de apostador me dio pistas, rastros y
certezas difíciles de evadir. Y es que el triunfo claro, contundente y
arrollador de Donald John Trump en las presidenciales estadounidenses vino a
confirmar, en la óptica de este habitante de las colonias de Hispania, la
completa miopía política y cultural de la clase política tradicional de
occidente. (Y nosotros también somos occidentales).
Esta ceguera auto inducida
de estas sociedades americanas de la actualidad, que llevaron a un empresario
polémico, xenófobo, machista y jetón a la cabeza del imperio, puede ser
compendiada en estas 5 razones:
1.- La clase política, así
como gran parte de la “intelectualidad” no ha asimilado aún que la cultura
cambió, y este cambio es esencialmente un cambio de lenguaje.
Es comprensible, hay
factores que la edad, la violencia de vértigo de las innovaciones tecnológicas,
la transición de la forma cómo nos comunicamos, que somos radicalmente
diferente los que fuimos crecidos y criados en la galaxia Gutenberg y los
nacidos en la galaxia digital. El espejo que nos transformó para siempre: redes
sociales. Trump aprovechó, no como simple plataforma informativa, sino como
medio trascendental de exposición mediática, las redes sociales, tanto para
atacar a los adversarios como para aprovechar la banalización de la cultura
política. Más insultos en su contra, más trending topic en su exposición en las
redes. Su posicionamiento en el mercado lo patrocinaron los demócratas, y
gratis.
2.- La petulante y
contraproducente “superioridad moral” de la socialdemocracia.
Llámela así o izquierda
democrática, socialistas o adecos de la
nueva ola. O democrats. El asunto es que la horizontalidad que en nuestras
sociedades occidentales se viene gestando desde sus bases, “desde abajo”, ha
formado una clase de habitantes, que no ciudadanos, que cuestiona, ignora y
castiga, cada vez que tiene la oportunidad, a la clase dirigente, a las
estructuras institucionales, al establishment político tradicional. Decía
Manuel Caballero que la tragedia de la democracia era que contenía en sí misma
el germen de su propia destrucción.
3.- El olvido deplorable de
la Política con mayúscula.
Tómate tiempo para deliberar, pero cuando llegue la hora
de la acción deja de pensar y actúa.
Andrew Jackson
El común votante americano,
mejor, el americano promedio, odia que le mientan. Una de las virtudes que
admiramos de la Unión Americana es el apego a la ley, es decir, a la palabra
empeñada, a la virtud del compromiso. Hillary Clinton mintió descaradamente, 2
veces, sobre los correos comprometedores. Investigaciones del FBI, escándalo
mediático, credibilidad perdida. El partido demócrata, quizá ensoberbecido en 8
años de gobierno, desestimó los viejos códigos: el contacto con la gente, la
proposición de ideas, la sinceridad, sí, la sinceridad, que protagonizó la
clase política en otros viejos y no tan viejos tiempos. No imagino a Carter,
Kennedy, o a Franklin D. Roosevelt haciendo una campaña tan pobre, tan mediana.
4.- La razón cultural.
Trump, sea por su olfato
empresarial, especulador, feroz y salvaje y esplendoroso capitalista, o bien
por la sabiduría plena y real que da el dirigir personas, encontró el pulso
cultural de la periferia poblacional de los EEUU, formada de campesinos,
blancos, anglosajones y protestantes, obreros, amas de casa, Homero y Marge
Simpsons urbanos, conservadurismos radicales, extremas derechas armamentistas,
así como del centro, del más importante de éstos: el gran poder económico-político,
en sus dos más influyentes variantes: Judíos y Tea Party. Esa fue su fortaleza,
unir a los extremos a través de las heridas abiertas, y aún no cicatrizadas y
asimiladas por la mayoría: segregacionismo, xenofobia, violencia. Pareciera que
la guerra de secesión aún no culmina.
5.- La civilización del
espectáculo.
Mario Vargas Llosa, en su
brillante ensayo, la civilización del espectáculo, comentando un escrito de
George Steiner, nos dice que “Steiner traza un bosquejo bastante sombrío de lo
que podría ser la evolución cultural, en la que la tradición, carente de
vigencia, quedaría confinada en el conservatorio académico: “Ya una parte
importante de la poesía, del pensamiento religioso, del arte ha desaparecido de
la inmediatez personal para entrar en custodia de los especialistas” (p.138).
Lo que antes era vida activa pasará a tener la vida artificial del archivo. Y,
todavía más grave, la cultura será víctima – ya lo está siendo – de lo que
Steiner llama “la retirada de la palabra”. En la tradición cultural “el
discurso hablado, recordado y escrito fue la columna vertebral de la conciencia”
(p. 138). Ahora, la palabra está cada vez más subordinada a la imagen.
Quizá, por formar parte de
esa misma decadencia cultural, los partidos tradicionales, tanto republicano
como demócrata, fueron superados por el fenómeno comunicacional, contracultural
y mediático que Donald Trump representa y encarna. La campaña entera de ambos
partidos fue el que él diseñó: la confrontación, el insulto; la trastienda
mugrosa que toda contienda política tiene fue traída frente a las cámaras en su
propio reality show. Cada ataque que envió fue devuelto con igual o mayor
flatulencia por sus contendores, tanto en las primarias republicanas como en la
carrera presidencial. Y como en buen reality que se respete, la figura del
hombre fuerte que se sobrepone a las dificultades, a la cayapa, con ferocidad
de héroe posmoderno, sin valores, sin moral, sin escrúpulos, gana el rating con
facilidad. Y a la manera de Rocky Balboa, Trump fue la gran esperanza blanca en
su última oportunidad, contra todo pronóstico, y como en Rocky II, Llegó a ser
campeón mundial, ganándole a puñetazo limpio a un negro y a una mujer, en los
Estados Unidos de Norteamérica. God bless América!!
Los Muchachos de la NASA
@muchachosNASA
jueves, 1 de septiembre de 2016
El Quijote de Bayardo camina hoy en Caracas
Para el millón de
Quijotes que toman Caracas en este momento, un comentario de don Ángel Valbuena
Prat de 1962:
¿Es Don Quijote un loco ridículo y disparatado? ¿Personifica la
justicia, el ideal, la libertad, el bien, la democracia, la religión?... ¿Lo
concibió Cervantes o lo hemos ido haciendo con nuestras particulares
interpretaciones e ideas? De todo puede que haya; pero, entre tanto, dejésmosle caminar hacia la
eternidad como el símbolo más alto de este bajo mundo.
DE: Notaciones
sobre el quijote de Bayardo Sardi (prefacio)
sábado, 21 de mayo de 2016
CON LA UNIVERSIDAD SALARIAL HEMOS TOPADO, ROLANDO
Ante la queja de un apreciado amigo, profesor universitario, Rolando Núñez acerca del abuso, incomprensión quizá del paradigma "positivista", y el abuso del vocablo "análisis" en objetivos y marcos teóricos, le respondí, bajo los efectos perniciosos de la falta de Euthyrox, esta amarga respuesta, pero eso sí, con mucho respeto y afecto:
...Ojalá fuesen escritas bajo el "paradigma positivista"; no. Lo que unifica a los millones de toneladas de tesis universitarias despatarradas en archivos mohosos, en baños de secretaría, en archivos muertos y pestilentes, es su inutilidad, el vergonzoso gasto de papel y tiempo para "subir de categoría", para aumentar el sueldito, para el bono de "productividad" para ser investigador ppi, ppa, ppp, papapa. Por supuesto, al igual que en el mamotreto de país que tenemos, tal castillo de naipes se cae por su propio peso, ahora que los universitarios sufren el efecto cocuy de darse cuenta que no hubo tal subida de categoría, sólo de peso, que no existe tal cosa de "excelencia académica", pues los académicos ganan menos, y si me apuran saben menos, que un tornero o un mecánico automotriz, que el país le quedó grande, que cada vez hay menos matrícula, que su trabajo es cada vez menos necesario. Que el manual de tesis es tan bueno y útil como la constitución de la república bolivariana de venezuela. ¿excepciones mi apreciado amigo? por supuesto, pero esas excepciones, como en cualquier buen régimen castrador, represivo, comunista y corrupto, (hablo de las falsas autoridades, esas que pagan para que les hagan las tesis, los decretos, los títulos de propiedad en Florida, en Aruba) se ahogan entre tanto papel, entre tanto trámite, entre tanta mediocridad que ha hecho a la universidad venezolana, espejo fiel de nuestra tragedia. Ojalá fuesen tesis positivistas, ojalá fuesen estructuralistas, al menos se hubiesen opuesto al chavismo como lo hicieron Benjamin, Tzvetan Todorov, Piaget al nazismo, al estalinismo. Hoy reclaman salarios, pero pocos (excepcionales como vos) reclaman país, ciudadanía. UNIVERSIDAD. Y me disculpas la perorata matutina, sabes, la falta de euthyrox. Un abrazo...
...Ojalá fuesen escritas bajo el "paradigma positivista"; no. Lo que unifica a los millones de toneladas de tesis universitarias despatarradas en archivos mohosos, en baños de secretaría, en archivos muertos y pestilentes, es su inutilidad, el vergonzoso gasto de papel y tiempo para "subir de categoría", para aumentar el sueldito, para el bono de "productividad" para ser investigador ppi, ppa, ppp, papapa. Por supuesto, al igual que en el mamotreto de país que tenemos, tal castillo de naipes se cae por su propio peso, ahora que los universitarios sufren el efecto cocuy de darse cuenta que no hubo tal subida de categoría, sólo de peso, que no existe tal cosa de "excelencia académica", pues los académicos ganan menos, y si me apuran saben menos, que un tornero o un mecánico automotriz, que el país le quedó grande, que cada vez hay menos matrícula, que su trabajo es cada vez menos necesario. Que el manual de tesis es tan bueno y útil como la constitución de la república bolivariana de venezuela. ¿excepciones mi apreciado amigo? por supuesto, pero esas excepciones, como en cualquier buen régimen castrador, represivo, comunista y corrupto, (hablo de las falsas autoridades, esas que pagan para que les hagan las tesis, los decretos, los títulos de propiedad en Florida, en Aruba) se ahogan entre tanto papel, entre tanto trámite, entre tanta mediocridad que ha hecho a la universidad venezolana, espejo fiel de nuestra tragedia. Ojalá fuesen tesis positivistas, ojalá fuesen estructuralistas, al menos se hubiesen opuesto al chavismo como lo hicieron Benjamin, Tzvetan Todorov, Piaget al nazismo, al estalinismo. Hoy reclaman salarios, pero pocos (excepcionales como vos) reclaman país, ciudadanía. UNIVERSIDAD. Y me disculpas la perorata matutina, sabes, la falta de euthyrox. Un abrazo...
Foto: José Pacheco |
jueves, 19 de mayo de 2016
Corrupción que no se comparte fracasa
Con esta genial frase de Carlos Monsiváis, y debajo de un considero, me puse a considerar:
De economía sé poco y nada, por lo que me gustaría que economistas y expertos en la materia corrijan, enmienden o revoquen mi opinión, pero es que no dejo de pensar que toda esta debacle, esta caída por el barranco actual no es sino la consecuencia de la corrupción en la que de una u otra forma hemos participado, aprovechado o promovido. (no acuso, sólo opino, ¿quién soy yo para juzgar?)Es así como los que viajamos en estos años (para turistear, raspar cupo o formarse académicamente), los que compraron electrodomésticos a precios irrisorios, los que compraron vehículos subsidiados, regalados o sobornados, entre otras "bondades" de la petrochequera que caminaba, hoy estamos pagando la tarjeta de crédito para comprar caraotas a 2000, pollo a 2800 el kg y cervezas a 400.
y aquí la cuestión: ¿no estamos pagando hoy el resto de las cuotas que irresponsablemente firmamos hace 10 años? ¿no somos prisioneros de esta cuota-balón que llamamos república bolivariana de venezuela?
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