Mitos y verdades de la educación pública y privada en 10
amenos puntos (2da parte)
Actualmente, en
materia educativa, como en la mayoría de los campos formales del desarrollo y
la modernidad, somos el país de las excepciones, que aparte de confirmar la
regla de nuestra incompetencia ética, nos proporciona el bastón moral de la
adoración por las excepciones, por el caudillo que guía, con grandiosidad y
falsas esperanzas, nuestro destino-país.
Es así como en
nuestras ruinas escolares, destacan las glamorosas excepciones de Simón
Rodríguez, Andrés Bello, Prieto Figueroa, Briceño Iragorry, entre muchos otros
docentes no tan famosos, pero sí ejemplos de honestidad, honor y pasión por la
docencia. Mi maestra Imelda de 5to grado, la profe Celeste de Historia de 2do
año, o el profesor Arria en post-grado; excepciones que nos hacen vislumbrar en
la oscuridad cavernaria del decreto 058, de las misiones Ribas y Sucre, del
atraso prehistórico de la Upel, o de una UCV vencida por la sombra de algunos
graduados “insignes”: Juan Barreto, Elías Jaua, Jorge Rodríguez.
Aquí les dejo
entonces el resto del hit parade de mitos a derrotar o verdades a consagrar
6) Al niño mientras más pronto entre a la
escuela, mejor: una aberrante e inculta clase media venezolana hace de la
entrada al sistema educativo un trauma casi irrecuperable para la criaturita.
Ya desde el vientre materno comienza la carrera por el cupo (hablamos de
escuelas privadas), comenzando por el maternal, luego el preescolar (4 años o
menos) y entonces primer grado.
¿Resultado? Un estudiante inmaduro, desarraigado del hogar y arrojado al mundo
de la escuela sin las capacidades necesarias para su adaptación, lo que luego
puede decantarse en violencia, timidez exacerbada, problemas de aprendizaje,
etc. No es que no estemos conscientes del tráfago de la vida adulta de hoy,
donde los niños son un paquete que manejar, llevar, traer entre el trabajo, el
tráfico y la dura vida de un trabajador promedio, pero enclaustrar al
estudiante en la escuela sin la madurez necesaria solo traerá problemas
posteriores. Además, ¿de qué sirve un bachiller de 15 años que no puede ni
escoger la carrera que quiere o ni ha tenido las experiencias de vida
requeridas para afrontar la adultez universitaria?
7) La universidad venezolana es una de las
peores del continente: Si bien la universidad venezolana muy poco tiene que
presumir o colocar entre sus haberes, no es menos cierto que la universidad de
la mayoría de los países latinoamericanos (excepciones hay, of course) están
muy por debajo de las necesidades y aspiraciones de las sociedades a las cuales
se deben. Hubo un tiempo en que la universidad venezolana produjo el
conocimiento y la acción requerida por un país que crecía exponencialmente, y
la academia criolla estableció el camino a seguir. Varios factores incidieron:
el acogimiento por parte de la democracia venezolana a talentos extranjeros que
vinieron huyendo de dictaduras feroces; de allí que numerosos grupos de
intelectuales argentinos, españoles, chilenos y uruguayos, así como de
venezolanos, preparados aquí y en el exterior impulsaran la renovación; el atractivo
sueldo, sin recadi ni cadivi, permitió disputarle talentos a otras
universidades del mundo. Las probabilidades de establecerse en un país pujante,
en pleno desarrollo, con teatros, edificios, museos y universidades creándose,
hicieron de nuestro establishment académico punta de lanza de Hispanoamérica.
Hoy, el corrosivo orín putrefacto del presupuesto miserable, la mediocre
preparación académica y la corrupción interna y reposera carcome conciencias,
sueldos y esperanzas, no solo del ámbito universitario, sino del país y sus
instituciones.
8) La etapa del liceo (secundaria) es la mejor
de la vida: Puede que siga siendo así; sin embargo, ese sentimiento de inmortalidad
jubilosa y dulce que se presenta en la adolescencia está manchada de sangre.
Los liceos, más los públicos que los privados, no escapan a la realidad
violenta y armada que nos rodea. La educación, que de la escuela debería ir a
la calle, va en sentido opuesto, y es la calle, y las reglas brutales de la
violencia familiar, la ley del más fuerte y las drogas, legales e ilegales,
asaltaron el liceo sin que medie ningún control ni programa de ayuda eficaz.
Armas, drogas y sexo sin control han tomado a la escuela brutalmente los
últimos 20 años. Y por favor no nos tomen, estimados lectores, como pacatos,
puritanos o hipócritas: asuntos como la legalización de la marihuana, la
pastilla del día después y la entrega gratuita de preservativos, la
masificación deportiva, la construcción de bibliotecas, el regreso del vaso de
leche escolar deben ser, entre otros puntos álgidos y extremadamente
importantes, agenda inmediata en la discusión educativa, precisamente para
discutir y combatir el narcotráfico, el embarazo precoz y la prostitución
infantil y juvenil. En cambio, el ministro batiburrillo de educación propone
textos de pésima calidad que ni para ideologizar sirven, escuelas y liceos
enmontados y en estado de abandono y un decreto de dictadura de medio pelo,
hecho para crear analfabetas funcionales que apenas puedan distinguir el rojo
en una máquina electoral. Y en la otra acera del país también hay muchos que
asienten, pero que poco o nada hacen ¿estaremos ya inmersos en la generación
indiferente?
9) Si no conseguiste cupo, ¡no le pares,
métete en el tecnológico!: Si hay algo peor que las universidades
venezolanas, son los tecnológicos privados (de libertad e ideas) que como
gamelote inútil cunden el paisaje educacional de esta patria; todo acá es inversamente
proporcional a las necesidades de los educandos: las mensualidades caras, la
calidad pobre; las restricciones muchas, las exigencias académicas, casi
inexistentes. Todo está a la venta, las tesis, los cursos de verano, las
franelas, chaquetas, calcomanías, y lo que debería ser gratis, el debate, el
conocimiento, la sabiduría, no existe. La mayoría de los graduandos casi nunca
terminan trabajando en su campo, cierto, la culpa es del gobierno, pero me da
tristeza infinita ver a buenos y preocupados estudiantes de cajeros de banco,
de dependientes en una tienda de muebles, arreglando víveres en el super, mostrando
piernas y más repartiendo muestras gratis de té o crema para untar. ¿Un buen
detalle? Baños limpios, pues al no tener sindicatos reposeros como en las
instituciones públicas, los baños y pisos están limpios, como el bolsillo de los
padres de los estudiantes. ¿Sueldo de los docentes? Entre 12 y 18 Bs ¿fuertes? la hora. No es
juego.
10) Par de frases, para culminar este
lastimero rosario de quejas, como diría Fuenmayor: a) Podrían engendrarse hijos
educados si lo estuvieran los padres. Goethe. b) La educación es algo
admirable, sin embargo, es bueno recordar, que nada que valga la pena se puede
enseñar. Oscar Wilde.