Sobre su proyecto educativo, usted ya conoce mis ideas.
La tarea esencial es comprender nuestro carácter, mezcla de servidumbre y
prepotencia. Los venezolanos no sólo somos rebeldes a toda ley, deber o
autoridad, sino también esclavos a toda fuerza e instrumento de toda tiranía.
Esta dualidad proviene de inculcar en la conciencia infantil una falsa noción
de acatamiento basada en la represión.
Rómulo Gallegos, en carta dirigida a Rafael Vegas.
Madrid, 20/12/1935
Asumir responsabilidades es uno de los valores más caros
de la democracia. Bien sea en los aciertos, las victorias como en las derrotas,
de un argumento, debate o elección. Es por ello que este documento, puesto a
consideración de toda la oposición, no es ametralladora de repartición de
culpas ni vendetta basada en el periódico del lunes, sino un esfuerzo por
comprender y analizar, con las limitaciones intrínsecas a nuestra visión parcial,
temporal y efímera.
Comencemos, no en criterio de mayor a menor importancia,
pues todos los factores que presentamos son correspondientes y corresponsables,
sino con criterio de elegancia política. Visto así, las cuentas pendientes se
inician en 3-2-1…
1) Nosotros, electores opositores
No comprender que
solamente con un número estruendoso de votos, tal como ocurrió en las
parlamentarias del 6 de diciembre de 2015, habríamos ganado la mayoría de las
gobernaciones, es un error de gravísimas proporciones. Las mismas condiciones,
ventajismo y atropello ocurrieron el 6-D, la misma conducta delincuencial por
parte del narco-régimen, el mismo CNE, la misma oposición, los mismos actores. Sólo
que en esta oportunidad fueron más efectivas las amenazas, el desencanto, la
ruina cultural que nos perpetra desde hace ya más de dos siglos. En Miranda,
para dar un ejemplo, por su similitud con el resto de los 17 estados perdidos, fue
un desastre con 857.446 abstenciones y porcentajes escandalosos: 50% El
Hatillo, 52% Baruta, 57% Chacao y 47% Sucre. En Aragua, en el centro donde fui
testigo (escuela básica Simón Bolívar) y en el que reagruparon otros dos
centros, de reiterada vocación opositora, la fuga fue del 50 %, y si
sectorizamos, fue la clase media la más abstencionista, dejando ver, en nuestra
perspectiva, la efectividad maligna de la campaña a través de redes sociales en
quienes debieron ser los más activos, los más tercos, los más convencidos de
que la única forma de vencer la trampa, y luego el fraude es con participación
masiva. Dato a considerar: En los centros de votación de barrios, zonas
populares o como quiera su imaginario llamarlos, se mantuvo la tendencia
histórica, tanto a favor del oficialismo como de la oposición. En mi mesa, la
número 3: Marco Torres 204 votos, Ismael García 149, nulos con trampa de
sustituciones, 10.
Lectura: si en centros “opositores”, reubicados o no,
hubiésemos tenido los votos del 6-D 2015 ______________ (llene usted el espacio
en blanco)
Lectura: Se ganó en estados fundamentales (Zulia,
Táchira, Mérida). ¿Punto en común? Votación opositora masiva.
2) Ellos, los políticos
Famosa es la frase que dice:
los dioses ciegan a quien quiere perder. Nada más parecido a lo ocurrido este
domingo próximo pasado. La política como relación entre el poder y los
ciudadanos, ha cambiado radicalmente en los últimos años, a una velocidad de
asombro. Varias son las causas de ese aceleramiento, y una de las
fundamentales, la que representó el desbarranco del domingo, es el cambio de
lenguaje de la sociedad en que vivimos, no comprendida por nuestra clase
dirigente, por la mayoría de nuestros políticos de oposición. Excepciones hay,
pero desgraciadamente muy pocas, casi invisibles. Este cambio de lenguaje
tiene, por supuesto, nuevos canales; los más evidentes, las redes sociales: Facebook,
Twitter, Instagram, Whatsapp, Pinterest, Linkedin, Telegram, Snapchat,
Periscope y pare usted de contar. Pero también el de la calle, el del contacto
directo, el de las colas, el del mercado, el de los jóvenes.
Y no se trata acá de, por un lado, desdecir o anular las
formas tradicionales de hacer política, ni de desestimar la necesidad de traer
al presente los valores y estrategias propias de políticos y políticas del
pasado: claridad, oficio y persistencia en ideas, en actitud, en coraje, ni por
otro de negar el uso reiterado y amplio, en la campaña para gobernaciones, de
las mencionadas redes. A lo que apuntamos es a la escasa comprensión, por parte
de nuestra dirigencia, en el alcance de estos masivos medios de comunicación
como plataformas de un nuevo lenguaje, de nuevas formas de organización social
que necesitan, por supuesto, nuevas formas de expresar, de decir la política.
Decir las cosas de siempre bajo los nuevos formatos de la sociedad. En una
palabra: Innovar.
Contando los pollos….
Contar los pollos antes de nacer es uno de los más
crueles y certeros refranes populares, y para nuestra desgracia el error más
grave de la dirigencia opositora. En política las analogías hay que verlas con
cuidado, para precisamente no crear falsas expectativas, ilusiones fantasiosas
y sin sustento. Es imperdonable que el mayor argumento para la victoria el 15-O
de la clase política se sustentara en la repetición del número de votantes de
las elecciones del 6 de diciembre. La política no es aritmética, sino
geométrica: los aciertos no suman, multiplican, los errores no restan, dividen.
Y así nos fue, divididos entre votantes convencidos y abstencionistas, entre
ilusión y desencanto, la marea opositora, los millones de pollos del 2015 se
transformaron en gallos huraños, en gallinas cluecas, en huevos podridos y
abandonados a su suerte, a la de la república, o como la llama Agustín Blanco
Muñoz, ex país.
En dos platos: la campaña opositora, así como la
organización de la maquinaria, fue pésima. No se trata de hacer leña del árbol
que cayó en domingo, sino de gestionar un balance de daños y proponer nuevas
formas de organización, mejores modos de afrontar lo comunicacional. Las redes
sociales no son una “extensión” de otros medios (TV, prensa escrita, Radio),
son los canales de la cultura hoy en día, la manera de comunicarse de millones
de jóvenes y no tan jóvenes. El uso de internet, la exposición mediática de los
menores de 30 años es, en promedio, de 6 horas al día, solamente igualado con
las horas de sueño. Es decir, alguien de 23 años pasa la mitad del día (12
horas) o durmiendo, o en internet.
Por supuesto, esta nueva manera de estar en el mundo, de
vivir en la actualidad, conlleva nuevas formas del lenguaje, y por ende, de
cultura. La campaña opositora perdió así un bastión fortísimo, la juventud, que
por cierto, fue el sector etario más abstencionista el 15 de octubre. Esto fue
menospreciado por los comandos de campaña, al punto que en la oferta electoral
de la mayoría de las candidaturas los aspectos culturales, comunicacionales e
históricos fueron subestimados, y en algunos casos omitidos de la estrategia
opositora. Cómo cuesta hacer entender a nuestra fauna política que lo social no
depende solamente de lo económico, sino principal y mayoritariamente de lo
cultural, que debió ser expresado y promovido a través de lo comunicacional, de
las redes, especialmente Twitter e Instagram. Esta tesis es, según pensamos,
fácilmente comprobable: Ganamos en estados, regiones con profundas convicciones
culturales democráticas, que protestaron, que se rebelaron, en la calle y en el
voto: Mérida, Zulia, Táchira, Nueva Esparta, donde hubo liderazgos jóvenes
unido a estrategias comunicacionales en su mayoría exitosas.
El papel de los jóvenes, tanto los pertenecientes a
partidos como a organizaciones de la sociedad civil, fueron subestimados en
muchos otros estados o regiones, y en el caso de Aragua en particular (en el
que vivo y conozco mejor) la juventud fue usada, en su mayoría, solamente para
participar en los “call centers”, adornar las gráficas de la dirigencia
partidista o para entregar volantes en semáforos y caminatas.
La maquinaria
En conversación franca, desilusionada y ácida entre los
testigos de la oposición, ya después de conocer los resultados, aún en el
centro electoral, y secuestrados por el capitán X y el plan república, que no
nos dejó salir hasta la 1 am del lunes 16 de octubre, dijo uno de nuestros
testigos más jóvenes: “a mí no me vuelven a ver la cara de pendejo. No vuelvo a
participar como testigo, no vuelvo más a ser “parquero” de la oposición, un
cuida carros, un cuida votos”. Este desencanto, más allá de la lógica tristeza
depresiva que da la derrota, sirve para evidenciar una de las fallas
estructurales más perniciosas en la dinámica electoral: los desaciertos en la
conformación de la maquinaria, eje transversal fundamental para el triunfo.
Estos desaciertos son directamente atribuibles a la dirigencia opositora: desde
la confección de los patrones hasta la movilización y la logística, fallaron
estrepitosamente. Y que quede claro que esto no ocurrió por la falta de
recursos o de personal capacitado. La debacle sobrevino directa y
proporcionalmente relacionada con la exclusión de la gente, de los testigos y
coordinadores de centro, en la elaboración de la estrategia y su puesta en
escena.
En este punto en particular hay que reclamar a la dirigencia
su estrechez de visión política y su centralismo exacerbado: todas las
decisiones (la selección de testigos y coordinadores, el manejo de recursos, el
diseño de la estrategia) fue realizado verticalmente. En un cogollo, o cenáculo
para que no se exasperen tanto, se tomaron decisiones erradas, ilógicas y
erróneas, que al ser mandatos, y no discusiones o diálogo, encontraron
obstáculos insalvables: desánimo, incompetencia y desmotivación. ¿Es que no se
han dado cuenta de lo incoherente que es criticar a la dictadura de
centralista, de tirana y mandona, y hacer lo mismo puertas adentro? Es por eso
que muchos no perciben diferencias entre gobierno y oposición, pues en ambos
las acciones son “ordenadas desde arriba” sea arriba el clásico “hay que
esperar lo que dice Caracas” o “hay que consultar al candidato”, vulnerando la
moral opositora, tratando a los simpatizantes y partidarios como borregos,
incompetentes o deshonestos, a los cuales hay que guiar, ordenar y regañar. Qué
distinto hubiese sido si los diferentes partidos y comandos de campaña hubiesen
oído en vez de dictado, que hubiesen dado autonomía a las parroquias en la
conformación de los padrones, para luego establecer la estrategia electoral.
Cómo nos hubiésemos fortalecido moralmente, aun perdiendo, si la toma de
decisiones se hubiese horizontalizado, incluyendo a la gente, a los vecinos, a
los liderazgos locales. Pero como dijimos previamente, los dioses ciegan a
quien quiere perder, pues la lectura de nosotros, los “parqueros” del voto, no
se diferencia en mucho de la lectura del común: todo por unos cargos, por una
secretaría, por un cambur, que ni la cáscara tenemos ahora.
Políticos Paralíticos
La política, y perdonen la perogrullada, es dinámica,
cambiante, heterogénea; en ella confluyen Aristóteles, Cicerón, Ismael García y
María Corina. Lo viejo y lo nuevo, el comunismo y los partidos ecológicos, el
Ying y el Yang. La labor del político es conformar una sabiduría práctica que
le permita establecer una serie de coordenadas que rastreen la huella cultural
y social, que convoquen individuos y comunidades tras una propuesta amplia,
inclusiva y coherente con la sociedad en la que se encuentra. Para ello recurre
el político (y todos podemos serlo) a una serie de realidades instrumentadas
alrededor de viejas disciplinas como la historia, la filosofía o la sociología
y otras nuevas como la tecnología, el marketing digital o la politología. En
una frase: el político debe ser un lector de lo socio-cultural. Tener una
visión de mundo capaz de dar explicación política al paso del tiempo, cultural,
histórico o cronológico.
Buena parte de la debacle política que vivimos se debe,
fundamentalmente, a la miopía cultural de nuestra dirigencia, a buena parte de
ella. Tenemos políticos que no leen, no cultivan sus experiencias de calle con
la necesaria reflexión que da la historia, la literatura o la filosofía. Y no
estamos pidiendo que sean doctores con 3 posgrados, sino que vuelvan a las
raíces que formaron la democracia venezolana. Caldera, Villalba y Prieto Figueroa,
Betancourt, Gonzalo Barrios, Amparo Monroy Power o Gustavo Machado fueron tan
connotados políticos no tanto por su formación académica, sino por su formación
cultural, por ser lectores de todo lo que les caía en las manos; eso les dio
las herramientas necesarias para comprender a Venezuela, para tener una visión
amplia e incluyente, para ser, en definitiva, políticos con P mayúscula.
Lamentablemente hoy no hay muchos así en el oficio político. Esto ha traído
como consecuencia que los actores de hoy se encuentran desamparados ante las
vicisitudes de la dictadura, ante la tiranía y su poder mediático y económico,
haciendo desigual la competencia, pues nuestros políticos de oposición no
pueden ofrecer lo que se necesita, y siguen atados a los viejos esquemas del
populismo: ofrecer todo, cumpliendo poco o nada. Por eso no puede sorprendernos
el asombro y la desmotivación del elector, del abstencionista opositor y del
chavista: ¿para qué voy a elegir a otro que me ofrece lo mismo que el que está?
Lectura: No
podemos competir en lo económico con la dictadura dueña del tesoro nacional, no
podemos salir a regalar tanques de agua u ollas solidarias, no podemos ofrecer
un mercal, una bolsa clap o un operativo médico. Eso nos iguala a quienes
criticamos. Nuestra clase política resurgirá en la medida en que elaboremos
proposiciones novedosas, no a partir de la dádiva o la ofrenda, sino a partir
de la propia gente, dándoles no un producto, sino un espacio de libertad para
que elabore, por sí mismo, una alternativa al populismo y la miseria, que repetimos,
no es sólo económica, sino cultural. Eso hizo la generación del 28, eso hizo
Luis Beltrán Prieto Figueroa al soñar y edificar, junto a la gente, un proyecto
como el INCE. Eso hizo el partido Copei con su versión de la democracia, el
social cristianismo. Eso hizo Jóvito Villalba y URD con el liberalismo.
Es imprescindible, necesario e impostergable que nuestra
dirigencia política reúna a la gente, al pueblo, para entre todos conformar la
proposición política y cultural que acabará con la tiranía y sentará las bases
para la recuperación de la democracia y la derrota del enemigo común, ese que
nos acogota, no ahora, sino hace más de 200 años: caudillismo y militarismo.
3) La tiranía, dictadura o gobierno (como quiera
llamarlo)
Sí, hubo fraude, pero aun así dedicamos poco espacio para “culpar a la dictadura” pues
son evidentes sus responsabilidades, criminales e irreversibles. Sin embargo dejamos 2 ¿reflexiones,
preguntas, inquisiciones?
- La
clase media eligió a Chávez en 1998: en las zonas populares no salieron malos
números; se perdió, pero con un porcentaje estrecho. Si la clase media hubiese
votado en contra… pero no, o se abstuvieron o votaron por un militar. Hoy, la
clase media eligió, nuevamente, abstenerse. ¿Harakiri cultural? Dato: la clase
política proviene, mayoritariamente, de este sector socio-económico.
- Más
allá de la rabieta desgranada en frases como: “sigan votando por ellos”, “sigan
revolcándose en….” ¿cuál es la proposición educativa y cultural para erradicar
la miseria populista, la dependencia, la relación perversa entre voto y bolsas
clap? ¿cuáles son las proposiciones educacionales de los partidos para su
militancia? ¿qué propone culturalmente la sociedad civil? ¿Por qué se parecen
tanto a las de la tiranía? ¿hay proyecto de educación ciudadana? Una clase
media inculta eligió la tiranía, sus hijos lo siguen haciendo al abstenerse o
elegir la salida por Maiquetía.
- Bonus
track: La democracia no es para vencer, sino para convencer, y para eso debemos
convencernos a nosotros mismos.
EXCELENTE,YO COMPARTE 100% ESTE ESCRITO,FELICITO AL AUTOR,DE HECHO PUBLIQUE UN ARTICULO MUY PARECIDO EN FACEBOOK,CON INQUIETUDES Y PREPOSICIONES SIMILARES,PERO LO DE ESTE AUTOR ES UN VALIOSO APORTE QUE TODOS DEBEMOS LEER,Y MAS AUN AQUELLOS QUE SE TILDAN DE POLÍTICOS,SIN ADAPTARSE A LOS REQUERIMIENTOS DE LOS TIEMPO. DE NUEVO GRACIAS AL AUTOR DE ESTA PUBLICACIÓN,CON MUCHO GUSTO LA COMPARTO
ResponderEliminarSaludos Tocayo acabo de escribir una Nota en Facebook como prologo para recomenzar titulado Municipales(Jugada Secreta de M.)
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