lunes, 15 de septiembre de 2014

Cultura comprometida sin vergüenza (I)


     Que se le rinda merecido, aunque tardío homenaje a Don Edmundo Alvarado es, por decir lo menos, un acto de justicia, una reivindicación a la memoria artística de la ciudad, o si se quiere, a un ciudadano ejemplar, de una nobleza de aquéllas, honorable, más escasa hoy que la harina o el acetaminofén.

     Sin embargo, es oportuno este momento para nosotros, Los Muchachos de la NASA, en la intención de retomar los valores intrínsecos al hecho artístico: crítica, disconformidad, denuncia,  desacuerdo, pluralismo, para, entre otros propósitos, no caer en la necedad apuntada por Machado de confundir(nos) entre valor y precio.

     Es por ello que consideramos una vergüenza para el movimiento cultural aragüeño, la aceptación cómplice y comprometida de gran parte del estático mundillo artístico regional, con gloriosas y desgraciadamente pocas excepciones, de la perversa, mediocre y humillante “política” cultural del gobierno de estado y de municipios, promotores de la ruina tanto en la infraestructura física y moral de las instituciones culturales. El listado que aparece a continuación sólo son algunas muescas en el garrote vil del poder que, vestido de rojo, domeña conciencias, destruye patrimonios y exuda la fetidez propias de la arrogancia, la ignorancia y la medianía intelectual.

TOM: ¿Realmente creen que con la recuperación del TOM van a encubrir el robo de los tres presupuestos anteriores? ¿Creen que engañan a alguien cuando en vez de contratar a compañías expertas se le otorga la obra, sin licitación, a un empresario, beneficiario de contratos ventajosos (para él) desde la época infausta de Didalco Bolívar, y cuestionado por fallas en la construcción en unas casas en La Morita?  

Ateneo: Asientos nuevos, pintura y equipos no revivirán al teatro aragüeño, muerto y abandonado hace mucho, como la esc. de arte dramático, el teatro estable, el teatro liceísta o el penitenciario, sin hablar del olvido voluntarioso de los autores y directores que contravienen al discursillo oficial.

Macma: Salones rojos de comandancia eterna para la ruina de la obra de Abreu (no el prócer a caballo y con batuta, sino el genio que le dio color y sentido a nuestro universo particular); no hay salones adecuados, ni conservación mínima, ni promoción de la diversidad cultural, ¿o sí existe y simplemente somos unos apátridas resentidos y burgueses? Ojalá…

Casa de la cultura: Dicen los orientales que el jardín de una casa es su alma más profunda. ¿Han visto los jardines y ex – culturas del otrora centro neurálgico del arte y la disidencia cultural? ¿Los baños, los bancos, la fuente? ¿El busto robado de Gallegos? ¿Falta un comentario? Llene Ud. el espacio en blanco, o mejor, en rojo: ____________________________________________________________________...

Maestranza César Girón: Lo que pudiese ser, de nuevo, el centro de entretenimiento del centro del país (Circo, boxeo, conciertos, toros, atracción turística, etc.) se cae a pedazos, metáfora quizá inútil de la decadencia de la ciudadanía, el gentilicio y la cultura de la ciudad que de jardín volvió a ganadera, donde mansas reses acuden de premiación en premiación, sin fuerzas ya ni para embestir el trapo rojo. La faena llegó al matadero. Acá estamos hoy. Bienvenidos todos.

Para mayor información, comentarios, insultos y proposiciones para rehacernos culturalmente, @MuchachosNASA


Héctor Leiva Español            Alfredo Fuenmayor           
Carlos Delgado               José Ramón Briceño





Edmundo Alvarado: La libertad

Fe de errata: en el texto impreso, entregado a algunos amigos en la presentación del muy buen catálogo elaborado por el periodista Rafael Ortega, escribí Pablo en vez de Edmundo Alvarado, en lapsus mentis que me hizo confundirle con su hermano, mi profesor en la Upel. Mil disculpas.