lunes, 19 de mayo de 2014

La Farsa Educativa (…y II)

Mitos y verdades de la educación pública y privada en 10 amenos puntos (2da parte)

     Actualmente, en materia educativa, como en la mayoría de los campos formales del desarrollo y la modernidad, somos el país de las excepciones, que aparte de confirmar la regla de nuestra incompetencia ética, nos proporciona el bastón moral de la adoración por las excepciones, por el caudillo que guía, con grandiosidad y falsas esperanzas, nuestro destino-país.

     Es así como en nuestras ruinas escolares, destacan las glamorosas excepciones de Simón Rodríguez, Andrés Bello, Prieto Figueroa, Briceño Iragorry, entre muchos otros docentes no tan famosos, pero sí ejemplos de honestidad, honor y pasión por la docencia. Mi maestra Imelda de 5to grado, la profe Celeste de Historia de 2do año, o el profesor Arria en post-grado; excepciones que nos hacen vislumbrar en la oscuridad cavernaria del decreto 058, de las misiones Ribas y Sucre, del atraso prehistórico de la Upel, o de una UCV vencida por la sombra de algunos graduados “insignes”: Juan Barreto, Elías Jaua, Jorge Rodríguez.

     Aquí les dejo entonces el resto del hit parade de mitos a derrotar o verdades a consagrar

6) Al niño mientras más pronto entre a la escuela, mejor: una aberrante e inculta clase media venezolana hace de la entrada al sistema educativo un trauma casi irrecuperable para la criaturita. Ya desde el vientre materno comienza la carrera por el cupo (hablamos de escuelas privadas), comenzando por el maternal, luego el preescolar (4 años o menos) y  entonces primer grado. ¿Resultado? Un estudiante inmaduro, desarraigado del hogar y arrojado al mundo de la escuela sin las capacidades necesarias para su adaptación, lo que luego puede decantarse en violencia, timidez exacerbada, problemas de aprendizaje, etc. No es que no estemos conscientes del tráfago de la vida adulta de hoy, donde los niños son un paquete que manejar, llevar, traer entre el trabajo, el tráfico y la dura vida de un trabajador promedio, pero enclaustrar al estudiante en la escuela sin la madurez necesaria solo traerá problemas posteriores. Además, ¿de qué sirve un bachiller de 15 años que no puede ni escoger la carrera que quiere o ni ha tenido las experiencias de vida requeridas para afrontar la adultez universitaria?

7) La universidad venezolana es una de las peores del continente: Si bien la universidad venezolana muy poco tiene que presumir o colocar entre sus haberes, no es menos cierto que la universidad de la mayoría de los países latinoamericanos (excepciones hay, of course) están muy por debajo de las necesidades y aspiraciones de las sociedades a las cuales se deben. Hubo un tiempo en que la universidad venezolana produjo el conocimiento y la acción requerida por un país que crecía exponencialmente, y la academia criolla estableció el camino a seguir. Varios factores incidieron: el acogimiento por parte de la democracia venezolana a talentos extranjeros que vinieron huyendo de dictaduras feroces; de allí que numerosos grupos de intelectuales argentinos, españoles, chilenos y uruguayos, así como de venezolanos, preparados aquí y en el exterior impulsaran la renovación; el atractivo sueldo, sin recadi ni cadivi, permitió disputarle talentos a otras universidades del mundo. Las probabilidades de establecerse en un país pujante, en pleno desarrollo, con teatros, edificios, museos y universidades creándose, hicieron de nuestro establishment académico punta de lanza de Hispanoamérica. Hoy, el corrosivo orín putrefacto del presupuesto miserable, la mediocre preparación académica y la corrupción interna y reposera carcome conciencias, sueldos y esperanzas, no solo del ámbito universitario, sino del país y sus instituciones.

8) La etapa del liceo (secundaria) es la mejor de la vida: Puede que siga siendo así; sin embargo, ese sentimiento de inmortalidad jubilosa y dulce que se presenta en la adolescencia está manchada de sangre. Los liceos, más los públicos que los privados, no escapan a la realidad violenta y armada que nos rodea. La educación, que de la escuela debería ir a la calle, va en sentido opuesto, y es la calle, y las reglas brutales de la violencia familiar, la ley del más fuerte y las drogas, legales e ilegales, asaltaron el liceo sin que medie ningún control ni programa de ayuda eficaz. Armas, drogas y sexo sin control han tomado a la escuela brutalmente los últimos 20 años. Y por favor no nos tomen, estimados lectores, como pacatos, puritanos o hipócritas: asuntos como la legalización de la marihuana, la pastilla del día después y la entrega gratuita de preservativos, la masificación deportiva, la construcción de bibliotecas, el regreso del vaso de leche escolar deben ser, entre otros puntos álgidos y extremadamente importantes, agenda inmediata en la discusión educativa, precisamente para discutir y combatir el narcotráfico, el embarazo precoz y la prostitución infantil y juvenil. En cambio, el ministro batiburrillo de educación propone textos de pésima calidad que ni para ideologizar sirven, escuelas y liceos enmontados y en estado de abandono y un decreto de dictadura de medio pelo, hecho para crear analfabetas funcionales que apenas puedan distinguir el rojo en una máquina electoral. Y en la otra acera del país también hay muchos que asienten, pero que poco o nada hacen ¿estaremos ya inmersos en la generación indiferente?

9) Si no conseguiste cupo, ¡no le pares, métete en el tecnológico!: Si hay algo peor que las universidades venezolanas, son los tecnológicos privados (de libertad e ideas) que como gamelote inútil cunden el paisaje educacional de esta patria; todo acá es inversamente proporcional a las necesidades de los educandos: las mensualidades caras, la calidad pobre; las restricciones muchas, las exigencias académicas, casi inexistentes. Todo está a la venta, las tesis, los cursos de verano, las franelas, chaquetas, calcomanías, y lo que debería ser gratis, el debate, el conocimiento, la sabiduría, no existe. La mayoría de los graduandos casi nunca terminan trabajando en su campo, cierto, la culpa es del gobierno, pero me da tristeza infinita ver a buenos y preocupados estudiantes de cajeros de banco, de dependientes en una tienda de muebles, arreglando víveres en el super, mostrando piernas y más repartiendo muestras gratis de té o crema para untar. ¿Un buen detalle? Baños limpios, pues al no tener sindicatos reposeros como en las instituciones públicas, los baños y pisos están limpios, como el bolsillo de los padres de los estudiantes. ¿Sueldo de los docentes?  Entre 12 y 18 Bs ¿fuertes? la hora. No es juego.


10) Par de frases, para culminar este lastimero rosario de quejas, como diría Fuenmayor: a) Podrían engendrarse hijos educados si lo estuvieran los padres. Goethe. b) La educación es algo admirable, sin embargo, es bueno recordar, que nada que valga la pena se puede enseñar. Oscar Wilde.



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