Qué difícil es tratar
de entablar un diálogo con la estupidez. Todos conocemos la existencia-esencia
de nuestro país; la mayoría sabe del tránsito diario sobre sus espacios. Un
gran segmento, diríamos mayoritario del pueblo venezolano, hemos venido
reflexionando con bastante insistencia lo que Descartes llamaba “El uso que se
hace de la verdad”.
Este instrumento
discursivo-informativo que se nos presenta ante los sentidos con el rótulo de “diálogo”,
va adquiriendo forma en tiempo y espacio, pero sólo pudimos apreciar un show
político, auspiciado por el sector oficial, que intentaba confundir a todo un
pueblo con las "bondades" de un sistema político social que ha fracasado en los
últimos quince años.
El mencionado
show se desarrolló en un guión lleno de falsos logros socioeconómicos, que según
ellos han traído prosperidad al pueblo, pero que sobretodo ha levantado un
monumento utópico, único en el planeta: el socialismo del siglo XXI; pero si
intentamos hacer uso de la verdad, tenemos que situarnos entre los vapores
explosivos de las bombas lacrimógenas y el fuego sangrante de los perdigones
disparados contra la juventud estudiosa de esta Venezuela díscola que no se
rinde y corretea entre la guarimba y la búsqueda de espacios para el diálogo,
pero un diálogo que se caracterice o evidencie en la racionalidad de la verdad,
todo ello planteado con la intención malévola de vendernos una realidad
política que todo este pueblo no reconoce, inclusive los chavistas. Todo este
pueblo sabe que el 83% no se siente representado por el mal llamado “diálogo
por la paz” y advierte su desacuerdo en la sencilla razón cartesiana de
encontrarse en medio de las calles y avenidas, enfrentado a la fuerza brutal
del militarismo Castro-Madurista.
No puede haber
diálogo sin la participación de las calles, donde la cultura de la lucha
política le ha dado a los sectores populares nuevos métodos de combate, para el
logro de una meta que se extiende a través de todos los espacios
socio-culturales de Venezuela. Por ello vimos con estupor la participación del
oficialismo en el debate televisado en cadena nacional, su carencia de ideas y
sobretodo la mentira repetida a varias voces hasta bien entrada la madrugada,
puesta en evidencia por el discurso y buena retórica de la oposición,
demostrando conocimiento pleno de la realidad política, social y económica.
En definitiva, la
mayoría de los sectores oposicionistas deben acercarse y apoyar a nuestra aguerrida juventud para
consolidar un frente amplio de lucha, que podría traducirse en la gran junta patriótica. Ese es el
camino. La salida es la calle.
No quisiera que las "excelencias" se me agotaran, pero valen desde la visión sobre diversos temas de la misma geografía: Un país en crisis que explotó en lo más sensible de la sociedad: Los jóvenes en comienzo y en presente que siguen siendo vanguardia de esta esperanza, a la que se suman en presencia y corazón ¿ese 83 % de descontento? herida social de la sobrevivencia en lo mayor que va desde la vida, la salud, los alimentos, la vivienda, la libertad de pensar y hablar...este Blog "Del Fuenmayor", con fineza en este escabroso Babel de opiniones, logró una pieza sin desperdicio; síntesis de crítica, valoración, descripción, narración que colocó el acento en el centro vivo, efervescente: La Calle y Los Jóvenes y si se quiere un Vamos! Vamos!! con ellos!! porque como bien lo dice: "El diálogo está en la calle". Apreciación: De Muy Bueno a Excelente
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